

de las casonas de Torre de Babia,
Piedrafita, Robledo, Vega deViejos
y Riolago; y de la fortificación que
da nombre a Torre de Babia. En
esta localidad hay también una
casa hidalga que perteneció a los
Meléndez. En Villasecino tuvieron
propiedades los García Lorenzana
y en Riolago, un palacio amura-
llado perteneció a los marqueses
de Acedo aunque antes había sido
baluarte de una de las familias más
poderosas de León, los Quiñones.
Raro es el pueblo babiano que no posee solar hidalgo; en la Majúa se encuentra el
palacio de los Quirós y en Lago de Babia la casa de los Cuenllas.
Pero casonas y palacios no son el único patrimonio artístico que guardan los
pueblos de Babia. Iglesias como la de Quintanilla conservan todavía elementos romá-
nicos que atestiguan su origen medieval. El santuario de Carrasconte, del XVI, y las
iglesias de la Majúa, Villasecino y Candemuela, del XVII, son buenos ejemplos del
barroco montañés. Merecen una especial alusión pequeñas ermitas que, como la de
Porcinero en la subida a Ventana, la de Pruneda mencionada páginas atrás, la de San
Antonio en Cospedal, la de Santa María en Quintanilla o la del Cristo en Riolago,
concentran el fervor religioso de los babianos, que se manifiesta cada año en romerías
y fiestas.
19.
Palacio de los Quiñones en Riolago
Escudo. Lago de Babia Escudo. Riolago de Babia