

En Caldas de Luna, las aguas del arroyo
del Pincuejo, que nace al pie del Pico Cilor-
nio (2.081 m), la Cirvanal como se conoce en
la zona, han labrado en la caliza una de las
más espectaculares e inaccesibles hoces de
toda la comarca. Paredones verticales cons-
triñen el cauce y acogen una flora singular,
perfectamente adaptada a unas condiciones
de vida marcadas por la escasez de agua y
de nutrientes.
Caldas recibe su nombre del manantial
de Fuencaliente; sus aguas, que brotan a una
temperatura de 28º C, tienen propiedades
para el tratamiento de artritis, reumatismo,
gota, alteraciones del aparato digestivo, res-
piratorio y afecciones de la
piel. Declaradas mineromedi-
cinales, desde principios del
s. XX son aprovechadas en un
balneario ubicado en la misma
localidad, que ofrece la opor-
tunidad de disfrutar de todas
sus cualidades terapéuticas en
un entorno excepcional.
Otro punto de interés geo-
lógico del valle del río Luna
es la garganta del Infierno o
desfiladero de Los Caldero-
nes, donde el efecto del agua
sobre la caliza ha labrado una
imponente hoz de paredes ver-
ticales en la que resulta muy
llamativo el fuerte plegamien-
to de los estratos. Aunque se
depositaron horizontales, en
el fondo del mar que un día
cubrió la zona, ahora aparecen
con distintos grados de incli-
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Hoz del Pincuejo
Manantial de Fuencaliente