

paisaje característico,
que en Luna tiene su
máximo exponente en
algunas
localidades
del municipio de Sena:
las brañas, terrenos
ganados al monte para
la obtención de pastos,
en los que son caracte-
rísticas las cabañas, que servían de refugio a animales y pastores durante su
permanencia en los altos.
Pero en los pueblos también son visibles las trazas de esta forma de vida
ganadera. Quizá sea el valle de Abelgas, uno de los enclaves que mejor ha sabi-
do mantener sus construcciones tradicionales: casas de patín, con dos plantas,
la inferior destinada a las cuadras y a almacén; la superior para la vivienda,
que muchas veces exhibe, a mediodía, un corredor protegido con tablones de
roble.
Pero esta forma de vida, tan estrechamente ligada a la ganadería, se extin-
gue incluso en Luna y, a duras penas, se mantiene la trastermitancia, una forma
de trashumancia de corto recorrido, que tiene como invernadero las llanuras
del sur de León.
Fiel a su tradición pastoril, Luna celebra cada mes de septiembre la multitu-
dinaria fiesta del pastor. No falta en ella la caldereta, ni un concurso de mastines.
En la antigua escuela de Los Barrios de Luna es posible visitar el Museo del
Pastor, una sencilla sala en la que se exponen numerosos objetos pastoriles: la
indumentaria del pas-
tor; las carrancas que
llevaban los mastines
para evitar el ataque
del lobo; cencerras,
potes, cuernos para
beber… Completan
la colección cardas,
husos, hilas y ruecas
para transformar la
lana en hilo y odres,
moldes para la leche,
la mantequilla o el
queso.
28.
Concurso de mastines
Museo del pastor