

dad. Como infraestructura de apoyo siguen en pie multitud de puentes, fuentes,
abrevaderos, majadas, roperías, rediles, chozos... Pero sobre todo se ha conser-
vado una cultura tradicional muy arraigada entre las gentes de estos valles que
se manifiesta en multitud de matices: en los paisajes, en los elaborados adornos
de cuencos, palos o zurrones, en la riquísima toponimia de la zona, en la sa-
brosa caldereta, en fiestas y tradiciones ahora recuperadas, en juegos, cuentos,
canciones, leyendas...
Pero Luna no solo contempló el desarrollo de la ganadería trashumante.
Junto a ella se manejaban los ganados locales, en especial las vacas. Este tipo
de ganadería estuvo también condicionada por el aprovechamiento de los pas-
tos, pero su éxito se basó en desplazamientos altitudinales, también estaciona-
les, entre los fondos de valle y las zonas más altas. Con ella se ha generado un
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Abelgas de Luna
Abelgas de Luna