

Oficio muy valorado, no era raro
que el cargo se heredara en la fa-
milia. Al frente de cada rebaño de
unas mil ovejas estaba el rabadán,
que por lo general, hacía el viaje
a pie, ocupándose de que no falta-
ra nada, ni a los pastores, ni a los
animales. Contaba con el apoyo
del ayudador que, en ocasiones,
se hacía también cargo de las ye-
guas y animales de carga. Abrien-
do la marcha solía ir el compañe-
ro o mansero, responsable de que
todo el rebaño siguiera el paso y
guiando los laterales y el final de
la marcha, la persona o sobrao y
el zagal. Como eran diversas las
funciones de cada pastor, era nor-
mal que al rebaño se incorporara,
desde temprana edad, el motril
que, además de echar una mano,
iba así aprendiendo el oficio.
25.
Brañas de Lavén