

forma de Y invertida, de 123 m de altura; el tablero fue construido
in situ
por
medio de carros de avance.
Entretenido en sinuosas formas entre los municipios de Rioseco de Tapia
y Santa María de Ordás, el ahora sosegado Luna riega la extensa y fructífera
vega que le acompaña en su tramo bajo. Son numerosos los canales y presas
que derivan sus aguas y las hacen llegar a los rincones más insospechados. De
todos ellos, quizá sea el Canal de la Plata uno de los que mayor significación
tenga para los vecinos, al simbolizar su empeño por evitar los marcados estia-
jes que, cada año, se convertían en un lastre para el desarrollo agrario de sus
pueblos. Tardó más de cuatro años en construirse, a veces encajado en la roca.
Inaugurado en 1905, está organizado por una comunidad de regantes.
Las fructíferas tierras de ribera que acompañan al Luna antes de su con-
fluencia con el Omaña, estuvieron custodiadas por dos torres que, a duras pe-
nas, se mantienen en pie. Erguida en un altozano, la torre de Ordás, de planta
circular, guarda la triste memoria de Don Ares de Omaña, quien, según cuenta
la tradición, fue muerto en
ella a manos de su propio
tío, Don Pedro Suárez de
Quiñones. La torre de Ta-
pia, por el contrario, es
de planta cuadrada y fue
levantada a finales del s.
XIV por otro miembro
de la familia Quiñones,
los poderosos Condes de
Luna, señores de estas tie-
rras.
21.
Embalse y puente
Autopista A-66