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49.

Hayedo de Cabornera

Representación de los hayedos del Valle de Geras

Comarca:

Bernesga

Municipio:

La Pola de Gordón

Mapa 1:25.000, hoja 103-III (Los Barrios de Gordón)

Accesos:

A un kilómetro de

Cabornera en dirección al

Collado de Aralla y el embalse de

Luna se encuentra un puente

sobre el río Casares. Desde ese

punto parte un empinado camino

que después de atravesar una

pequeña hoz caliza se dirige hacia

el hayedo.

La situación del Valle de

Geras, que discurre de oeste

a este, hace que exista una superficie importante de laderas

orientadas al norte que se encuentran cubiertas por hayedos. Se

trata de los hayedos más continuos de Cuatro Valles y posible-

mente, los menos alterados por la mano del hombre.

El haya es una especie muy competitiva que ha logra-

do predominar en los territorios que ha colonizado hace relati-

vamente poco tiempo, ya que la presencia del haya en la

Cordillera Cantábrica de forma masiva, data de hace apenas dos

o tres mil años. La última glaciación supuso su refugio en algu-

nas montañas de los Balcanes, desde donde comenzó su expan-

sión hasta convertirse en la actualidad, en una de las especies

arbóreas más comunes de toda Europa. Presenta algunas adap-

taciones que explican en cierta manera su éxito colonizador.

Sus hojas son de dos tipos, unas denominadas hojas de sol, de

pequeño tamaño, con gran cantidad de ceras y taninos de pro-

tección y un número reducido de estomas. Otras, las de sombra,

son de mayor tamaño, más delgadas y con un mayor número de

estomas en el haz. En un mismo árbol pueden encontrarse los

dos tipos de hojas, las de sol de situarán en las zonas más ilu-

minadas donde las pérdidas de agua son más probables, para lo

que presenta cubiertas protectoras; las de sombra se situarán en

las zonas de umbría, donde se necesita más superficie de expo-

sición para poder realizar la función clorofílica con eficacia.

Uno de los problemas de la especie es la extrema sensibilidad

de las hojas jóvenes a las heladas tardías, por lo que se recubren

con una densa pilosidad; pero aún así, muchas primaveras la

helada les afecta y deben echar una nueva generación de hojas.

Los árboles situados en el borde superior del hayedo de

Cabornera se ven tan afectados por esta cuestión, no siendo