endémicas como el
Narcissus asturiensis
y la
Saxífraga babiana
. Esta última
lleva en su nombre científico una alusión inequívoca a Babia, la comarca donde
en 1983, se describió por primera vez.
Se trata de una especie adaptada a la vida en los roquedos que en ocasiones
ocupa también las paredes de las casas y muros. Sus raíces se agarran con fuerza
a las fisuras de la caliza reseca y sus hojas, pequeñas y carnosas, evitan la dese-
cación de la planta. En Babia es relativamente frecuente, al igual que en otras
comarcas del occidente de la Cordillera Cantábrica pero, al no existir en ningún
otro sitio, debe ser protegida. No en vano desde el año 2000 está catalogada como
“vulnerable” en la Lista Roja de la Flora Vascular Española elaborada por el
Ministerio de Medio Ambiente.
Es preciso mencionar aquí las plantas que viven en los canchales donde, a la
dureza del clima, hay que añadir la práctica inexistencia de suelo sobre el que fijar
sus raíces y que retenga algo de humedad y nutrientes; además se trata de un medio
sometido a movimientos y continuos cambios. Como en el desierto, las plantas
adaptadas a la vida en estos lugares presentan hojas carnosas en las que almacenan
13.
Mayas / Narcisos